Rodeada de rosas, orquídeas y lirios blancos. Engalanada como toda una Reina. Así bajó desde su camerín la Virgen del Rosario de Chiquinquirá para encontrarse con su pueblo devoto desde hace 302 años, cuando Ella renovó su imagen en el Retablo hallado a las orillas del Lago por María de Cárdenas.
“Estoy cumpliendo una promesa porque mi papá se curó de cáncer hace tres años. Pienso seguir viniendo toda mi vida mientras tenga salud, porque amo a la Chinita”, contó emocionada Rosa de Jiménez.
Como Rosa, más de 12 mil rostros conmovidos abarrotaron la plazoleta de la Basílica de San Juan de Dios, donde feligreses de todas partes del Zulia y del país aguardaron con alegría a La Dama del Saladillo durante una eucaristía oficiada por el arzobispo de Calabozo, monseñor Manuel Felipe Díaz.
“A Nuestra Señora le encomendamos la súplica por la paz que aflora en los labios de todos de manera espontánea”, finalizó.
La misa culminó a las 7:00 pm, para dar paso al descenso de la Tablita sagrada por un tobogán de 60 metros de largo. Los creyentes estallaron en júbilo al ver a su Madre —a través de cuatro pantallas gigantes colocadas en la plazoleta— iniciar el recorrido, mientras “Los Chiquinquireños” cantaron temas como: La Elegida, Pasión indiana, La Grey zuliana y la más emotiva, Tu eterno joyero, dedicada a don Enairo Villasmil, que provocó un nudo en la garganta a los presentes al ser interpretada por Neguito Borjas y Carlos González.
El párroco Eleuterio Cuevas, minutos antes de la Bajada, reivindicó el valor de la gaita y sus gaiteros. En el frontis de la Basílica se proyectaron mensajes marianos que aumentaban el regocijo. A las 8:00 pm, la Patrona zuliana se mostró espléndida en el pórtico del templo santo. Toda su grey le cantó: “Gloria a ti, casta Señora...”.
Un grupo de fieles le dio el beso de bienvenida y al extraer la Reliquia mariana la plazoleta ardió en aplausos. Ya en su trono, inició su paseo por las calles de El Saladillo. ¡Salve, Reina!
